La Medicina de la Nueva Era

Probablemente algunos ya habrán escuchado en alguna charla o libro, los términos de “Medicina Natural” “ Medicina Alternativa”, “Medicina Holística” o “ Medicina Cuántica”. Lo interesante, es que no implica una sola técnica, sino que envuelve una serie de alternativas que nos pueden ayudar a mejorar nuestros niveles Físico, Mental y Espiritual.

Experimentos Científicos han demostrado que las enfermedades son derivadas de un desequilibrio en el Alma o la Mente que causa la acumulación de energía que se manifiesta en el cuerpo Físico.

Ahora ya no es necesario ingerir medicamentos ya que existen muchas alternativas que son igualmente efectivas capaces de mejorar no solo la salud de tu cuerpo Físico, sino de todo tu entorno, mejorando notablemente tu calidad de vida.

La Medicina Cuántica es una oportunidad de dar al ser humano herramientas para que conozca más de sí mismo, se involucre en conocimientos que aparentemente solo se impartían a algunos iniciados, como la sensibilización al campo bio-energético, el uso de cuarzos, la digito puntura, la visualización, manejo de energía, técnicas de relajación profunda que no requieren posiciones especiales, y muchos otros.

El abrir nuestra mente a otros campos de estudio nos permite avanzar junto con la ciencia, y al mismo tiempo expande nuestra conciencia para ver desde diversos puntos de vista todo lo que nos rodea, lo que acontece, las causas y los efectos de todos nuestros pensamientos y actos.

Asimismo, podemos conocer los diversos usos que le podemos dar a cosas tan sencillas que tenemos a nuestro alcance, como las plantas, las gemas, los cuarzos, y la fuerza de nuestra mente principalmente, ya que basándonos en la ciencia, la energía no se crea, la energía siempre existe, solo se transforma por medio de la voluntad o la mente de quien la maneja. Por eso Dios, el creador del universo, nos indica que somos a su semejanza, y que debemos estar alertas siempre de que nuestros pensamientos y actos vayan guiados por la rectitud, bondad, y humildad.

Al utilizar estas tres fuerzas, podemos atraer hacia nosotros lo que necesitemos, enfocando nuestros esfuerzos para lograr nuestras metas.

Por ejemplo, si alguien esta enfermo, en Medicina Cuántica, se practica el enviar pensamientos positivos de curación, imaginar que es lo que la persona requiere para estar sano, visualizar su cuerpo totalmente rodeado de luz curativa, y pedirle a Dios que envíe su alivio a esa persona. Estos pensamientos actúan como una oración que es bien recibida.

Si tomáramos una piedra y la lanzamos en un estanque, vemos que se van formando ondas, que se van expandiendo cada una más grande que la otra. Esto tan sencillo nos muestra que al enviar un pensamiento positivo se expande y aumenta con la intensidad que se lanza. Por lo tanto, si muchas personas envían mensajes desde su mente, están incrementando la fuerza de esta energía, que cuánticamente se multiplica. Por el contrario, si las mentes están obsesionadas sólo en su propia conveniencia, el egoísmo, la avaricia, el poder, el control, crean su propio cerco y se rodean de negatividad, y tal es la energía que atraviesa las dimensiones invisibles, y llega a lastimar el cuerpo físico causándole dolencias, molestias o enfermedad. Esto es lo que realmente ataca a las personas, y el mundo entero sufre mucho en la actualidad.


Estamos entrando a una Nueva Era, en donde las mentes tienen la solución, pueden hacer el cambio, y solo se requiere el deseo de dar y compartir con muy poco esfuerzo, para legar a las futuras generaciones la ilusión de vivir una realidad en un universo lleno de armonía entre los seres humanos.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Flores de Bach

"Flores de Bach" EDWARD BACH (1886-1936)

Médico inglés que opinaba que las enfermedades del corazón y de la mente han de ser el centro de atención del sanador.

Las enfermedades del cuerpo son síntomas. Asimismo pensaba que nuestros temores, aprehensiones, ansiedades y demás son las que abren las puertas a la invasión de la enfermedad.

Bach fue lejos al establecer una conexión médica entre los sentimientos y la enfermedad física real, utilizando para curar tales afecciones sus remedios floras, con los cuales también pudo curar actitudes como el remordimiento o la falta de confianza son de preparación simple, los materiales que se requieren son: agua pura, luz del sol, capullos frescos y un recipiente de cristal limpio y su acción siempre es suave y fortalecedora.

Con lo anterior se puede deducir que el Dr. Bach partió de los principios básicos de la Homeopatía, ya que el creyó siempre que corrigiendo las actitudes mentales perjudiciales es posible evitar que el mal se haga físico.

Durante muchos siglos, la auténtica naturaleza de la enfermedad ha quedado enmascarada por el materialismo y así la enfermedad ha tenido las oportunidades de extender sus estragos, según Bach, cuya mentalidad era orientada por los principios homeopáticos, la principal razón del fracaso de la ciencia médica es que "Trata los resultados y no las causas"

Nunca se erradicará ni se curará la enfermedad con los actuales métodos materialistas, por la sencilla razón de que la enfermedad no es material en su origen, lo que conocemos como enfermedad es el último resultado producido en el cuerpo.

LAS ENFERMEDADES EN ESENCIA SON EL RESULTADO DE UN CONFLICTO ENTRE EL ALMA Y LA MENTE y no se erradicará a no ser con un trabajo Espiritual y Mental. Estos trabajos si se llevan a cabo adecuadamente, con entendimiento, pueden curar y evitar la enfermedad. Todo esfuerzo dirigido únicamente al cuerpo, no hará más que reparar superficialmente el daño y no hay CURACIÓN en ello.

Una de las excepciones a los métodos materialistas en la ciencia moderna es la del gran maestro Samuel Federico Hanemann, fundador de la Homeopatía, cuyo principio fundamental está basado en la LEY DE LA SIMILITUD

Este gran hombre, que con su comprensión del benéfico amor del creador y de la divinidad que reside dentro de cada hombre, estudiando la actitud mental de sus pacientes ante la vida, el entorno y sus respectivas enfermedades, se propuso buscar en las hierbas y el terreno de la naturaleza el remedio que no sólo curase sus cuerpos sino que también beneficiase su actitud mental.

Por último afirmaremos brevemente que la enfermedad, en apariencia tan cruel, es en si beneficiosa y existe por nuestro bien y si se le interpreta correctamente, nos guiará para corregir nuestros defectos esenciales.

Para entender la naturaleza de la enfermedad, hay que conocer ciertas verdades fundamentales:

PRIMERA.- Es que el hombre tiene un alma que es su ser real, un ser divino, poderoso, hijo del creador de todas las cosas, del cual el cuerpo, aunque templo terrenal de esa alma, no es más que un diminuto reflejo.

SEGUNDA.- Es que nosotros, tal y como nos conocemos en el mundo, somos personalidades que estamos aquí para obtener todo el conocimiento y la experiencia que pueda lograrse a lo largo de la existencia terrena. El alma sabe que entorno y que circunstancias nos permitirán lograrlo mejor y por tanto nos sitúa en esa rama de la vida más apropiada para nuestra meta.

TERCERA.- Tenemos que darnos cuenta de que nuestro breve paso por la tierra, que conocemos como vida, no es más que un momento en el curso de nuestra evolución. Nuestras almas, que son nuestro auténtico ser son inmortales y los cuerpos de que tenemos conciencia son temporales.

CUARTA.- Mientras que nuestra alma y nuestra personalidad estén en armonía, todo es paz, alegría, felicidad y salud Cuando nuestras personalidades se desvían del camino trazado por el alma, surge el conflicto y es este el causante de la enfermedad y de la infelicidad.

QUINTA.- En la comprensión de la unidad de todo lo que existe, el creador de todas las cosas es AMOR y todo aquello de lo que tenemos conciencia es en su infinito número de formas, una manifestación de ese amor.

Así pues, vemos que hay dos errores fundamentales posibles: la disociación entre nuestra alma y nuestra personalidad y la crueldad o el mal frente a los demás, pues ese es un pecado contra la UNIDAD, cualquiera de estad dos cosas da lugar a un conflicto.

La enfermedad es en sí beneficiosa y tiene por objeto el devolver la personalidad a la voluntad divina del ALMA y vemos que se puede prevenir y evitar.

Existen dos grandes errores, el primero, dejar de honrar y obedecer los dictados de nuestra alma y el segundo el actuar contra la UNIDAD.

Así pues vemos que por sus mismos principios, la enfermedad se puede prevenir y curar y es labor de médicos y sanadores espirituales el dar, además de los remedios materiales, el conocimiento del error de sus vidas, a los que sufren.

Lo que conocemos como enfermedad es la etapa terminal de un desorden mucho más profundo y para asegurarse un éxito completo en el tratamiento se deberá suprimir también la causa básica.

Si tenemos en nuestra naturaleza suficiente amor para todas las cosas, no podemos hacer el mal, porque ese amor detendrá nuestra mano ante cualquier acción y nuestra mente ante cualquier pensamiento que pueda herir a los demás.

Las primeras enfermedades reales del hombre son defectos como: el orgullo, la crueldad, el odio, el egoísmo, la ignorancia, la inestabilidad y la codicia y cada uno de los defectos, tomado por separado se verá que es adverso a la UNIDAD.

El orgullo se debe en primer lugar a la falta de reconocimiento de la pequeñez de la personalidad y de su absoluta dependencia del alma, como el orgullo se niega invariablemente a inclinarse con humildad y resignación ante la voluntad del gran creador, comete acciones contrarias a esa voluntad

La crueldad es la negación de la unidad de todos.

El odio es lo contrario del amor, el reverso de la Ley de la Creación, es contrario a todo el esquema divino y es una negación del creador.

El egoísmo nuevamente, es una negación de la UNIDAD y de nuestro deber para con nuestros hermanos los
hombres. Al anteponer nuestros intereses al bien de la humanidad. »

La ignorancia es el fracaso del aprendizaje, el negarse a ver la verdad cuando se nos ofrece la oportunidad.

La inestabilidad, la indecisión y la debilidad resultan cuando la personalidad se niega a dejarse gobernar por EL SER SUPERIOR y nos lleva a traicionar a los demás por culpa de nuestra debilidad

La codicia lleva al deseo del poder; es una negación de la individualidad de todas las almas.

Podíamos hablar más de los defectos que producen en nosotros lo que conocemos por enfermedad y que son el origen y base de todos nuestros sufrimientos y angustias.

Ahora podemos ver cómo cualquier tipo de enfermedad que podamos sufrir nos llevará a descubrir el defecto que yace bajo nuestra aflicción. Por ejemplo: el orgullo que es arrogancia y rigidez de la mente, dará lugar a esas enfermedades que producen rigidez y entumecimiento del cuerpo.

El dolor es el resultado de la crueldad Los castigos del odio, son la soledad Los enfados violentos e incontrolables, generarán tormentos mentales y la histeria.

El resultado de la codicia y el dominio de los demás, harán de quién los padece un esclavo de su cuerpo

Por último, la propia zona del cuerpo afectada, no es casual, sino que concuerda con la ley de causa y efecto y una vez más será una guía para ayudarnos.

Así pues, vemos que nuestra victoria sobre la enfermedad dependerá de lo siguiente:

Primero.- Hay que tener conciencia de la divinidad que hay dentro de nosotros y de nuestro consiguiente poder de superar las adversidades.

Segundo.- Hay que saber que la causa básica de la enfermedad obedece a la falta de armonía entre la personalidad y el alma.

Tercero.- Hay que tener la capacidad y la voluntad de descubrir el defecto que causa semejante conflicto.

Cuarto.- Hay que suprimir ese defecto desarrollando la virtud contraria.

El deber del arte de la curación consistirá en ayudarnos a alcanzar el necesario conocimiento y en proporcionamos los medios para superar nuestras enfermedades; además en administrarnos los remedios que fortalezcan nuestros cuerpos físicos y mentales y nos den mayores posibilidades de victoria.

El sistema Bach, es un procedimiento terapéutico que consiste en la administración de 38 remedios florales destinados a aliviar el dolor, ampliar la conciencia y ayudar a la educación de la persona (también tiene efecto en animales y plantas). Este método es simple y natural establece el equilibrio y la armonía a través de la personalidad por medio de flores silvestres no tóxicas. Las flores de Bach son vibraciones energéticas armónicas, puras, que no causan ningún efecto secundario. Lo que puede suceder en alguna ocasión es que sé produzca una primera reacción y ésta es ocasionada porque estamos moviendo los sentimientos y sacando a flote emociones reprimidas.

Podríamos imaginar algo que estaba sordo o paralizado y de repente es inundado de vida. Un pensamiento doloroso que tal vez, ese algo o alguien había relegado durante años y que ahora, de pronto, entra de lleno en la conciencia. Cada ampliación de conciencia provoca por regla general una reacción contraria en el subconsciente (en toxinas). Lo mismo ocurre en el plano mental y psicológico cuando se administran flores de Bach, ya que recordemos que estas flores eliminan los venenos psicológicos o aquellas culpabilidades que guardamos en el subconsciente y hasta tiempo después cuando resalta nuestro hábito negativo, nos damos cuenta que hay odios, auto-recriminaciones, servilismo, arrogancia, intolerancia, impaciencia, indecisiones, culpabilidades, así como rigidez de actitudes y mente. Puntos de vista y comportamientos autocríticos, orgullo, apatía y amarguras.

Estos medicamentos pueden ser tomados por todas las personas de cualquier edad y no interfieren con ninguna otra rama de la medicina, ni aunque estén embarazadas o con algún otro tipo de problemas, ya que las flores de Bach no provocan artificialmente ninguna crisis curativa, pues la energía de las flores sólo ayuda al Yo Superior o al Médico Interno personal que siempre guía el proceso para nuestro bien.

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